"En una versión de la leyenda las sirenas no saben cantar.
Que sepan hacerlo era solo una historia de marineros.
Así que Odiseo, atado al mástil, sufre el tormento
de una música que no oye - el chapoteo del mar,
el cambio del viento, el apetito costero de las aves -
y las calladas mujeres que recogen algas para abonar su jardín,
al verle forcejear con el cordaje, al ver en sus ojos
tan tremendo deseo, quedan transformadas para siempre
en el badío rocoso de su isla por lo que imaginan
que él imagina que es la canción que no han cantado nunca."
Robert Hass
Traducción: Andres Catalán
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