"Ando con una fijación: la cosa.
ya dije muchas veces que no hablo de la cosa esa que tienen ahí dentro del pantalón algunos, ni la cosita que tenemos nosotras.
tampoco de la cosa en sí kantiana que, a decir verdad, qué mierda nos importa si es incognoscible. yo ya abandoné a kant, al cielo y demases.
la cosa es que me pregunté cuál era la cosa qué más quiero en el mundo, y cuando me respondí me di cuenta de que no eran cosas sino seres humanos o inhumanos, porque vamos, ¿acaso no amamos también a los faltos de humanidad? Digo, yo a los ropes los re quiero, sacan lo mejor de mí y ponen lo mejor en mí. Pero volviendo, uno siempre dice cosas como STOP: uno dice cosas? Bueno, uno siempre dice: tengo un montón de cosas para contarte. ¿Pero son cosas las que uno cuenta?
"Estaba pensando entonces en las cosas que me pasan con vos, como si me pasaran colchones, camas y hojas; o las cosas que hacemos juntos, como si hiciéramos estantes, manzanas y camperas; o las cosas que tenemos en común que recién recuperan su sentido de objeto cuando hay que dividirlas: mía la mesa, tuyo el sillón. qué hacemos con el perro?"
Natalia Rozenblum
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