"Si
hay algo que odio es el desastre (el des-astrum, como desestrellarse):
el sentimiento de catástrofe. Es que algunos nacimos con estrellas,
otros estrellados, y a otros las estrellitas se nos pinchan como
globitos fálicos.
Me siento histérica, y balbuceo, y una chica como
yo no recurre a esas concesiones gestuales de las vanguardias
artísticas. En fin, cuando mi pensamiento de economía carroñera tiende a
tambalear casi que miro con miedo los restos de música de Arjona en mi
pc. Pero no, me digo que esa etapa ya pasó, y puede solo justificarse
por mis hormonas de inicio de la secundaria.
Cuesta mantener mucho
las economía libidinales, y el convite post-estructural, seamos claros
sólo son cotorritas locas, despechadas por sus chongos, y más histéricas
que yo. Y además se murieron postradas a su amor eterno, algo que sí,
es romántico y me hace llorar, de vez en cuando. Solo los justifica el
lecho de muerte y la vejez. Tiendo a pensar que son pocas las nobles
almas que se aferran a sus economías, y que son pocas las que las
consiguen llevar a cabo sin ninguna dietética disciplinaria.
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