1.7.17

Cautiverio

Esta cueva es mi casa
esta lentitud y esta métrica
para caminar entre las cáscaras
es mi diálogo con el bosque
mi forma de no olvidar el regreso.
El sendero original estará lleno de maleza
Habrán levantado una fábrica, un templo
una antena provisoria
que baje el mundo a las alturas
Soy la bestia en un rectángulo
que podría ser la habitación de un hombre
donde entran él y su cama
y con suerte una silla
Dar el zarpazo a la mosca atraída
por la corpulenta pasividad y el encanto
de la antigua destreza
Pensar en ella como en el salmón
que se entrega manso
lejos del chorro
Pero es tan solo una mosca
disputándome el azúcar
que un niño nos arroja.
Llueve en esta jaula
comida por los homigueros
El agua del hipopótamo se ha llenado de hojas
Una tortuga ha quedado suspendida
en un alto del cemento
Quien dice que los animales no sufren senilidad
extrañeza, estreñimiento?
Qué hace a este lugar distinto a un hospital
o a una cárcel?
Quien puede asegurar
que esa tortuga a la orilla del piletón
como ese viejo recostado en el arco del geriátrico
no esperan
a costa de ahogarse
la corriente milagrosa
que los devuelva al mar.

Laura García del Castaño