guiño el ojo derecho a la luz del velador
mientras entrecierras los tuyos
casi ciego que sos
y mi izquierdo llamado deseo
queda entreabierto
para ver la sonrisa
latiendo en tu lectura
pausada
al final siempre me dices algo
como muy bueno o interesante
aunque cuando sacas los lentes
no necesitas palabra
tus elogios vienen de las sombras.
tus elogios vienen de las sombras.
Ellen Maria
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